Hola amigos.
Estaba yo estos días pensando y repensando como llevar a cabo este blog, y con qué entrada empezar a contar cosas sobre esos pequeños habitantes de la naturaleza, cuando se me ofreció la posibilidad de pasar un día de campo en buena compañía en los arribes zamoranos. Tras una mañana fría de niebla, cuando por fin salió el sol y la temperatura se hizo más agradable (una vez habíamos ascendido suficiente y nos encontrábamos a orillas del Duero, aunque a más de 100 m sobre él) llamó nuestra atención la aparición de un pequeño individuo del que hoy quiero hablaros.
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Empusa pennata mirando al Duero, desenfocado abajo |
La Empusa pennata es un insecto, del grupo de las mantis religiosas, pertenecientes ambas al órden Mantodea.
Mide unos 6-7 cm (hasta 8 las hembras) y presenta varios rasgos característicos.
Si comenzamos por la cabeza, lo más llamativo es la presencia de una protuberancia en forma de cuerno entre las dos antenas. He de decir aquí que las antenas son una característica que nos permite distinguir las hembras de los machos, puesto que en estos son plumosas, mientras que en aquellas son más finas y alargadas. Así que, como todos veréis, en esta ocasión nos topamos con una hembra.
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Posada sobre mi dedo, para hacernos una idea de su tamaño |
Se alimenta de insectos y arácnidos, de los que ingiere una gran variedad. Su forma de caza es siempre la misma: normalmente se queda inmóvil en alguna rama esperando sus presas. La disposición y movilidad de ojos y cabeza hace que tengan un buen campo visual, lo que les ayuda en el lance de caza. Mientras espera, mantine las patas delanteras juntas y dobladas, lo que le da la apariencia de una posición de rezo (al igual que las mantis religiosas, de ahí el nombre de estas). Cuando la presa se acerca lo suficiente, la empusa dispara literalmente sus patas delanteras, envolviendo con ellas a su víctima. La presencia en las patas de espinas y protuberancias facilita enormemente la prensión. Inmediatamente, retrae de nuevo las patas, llevando la presa hasta su boca, donde la tritura con sus fuertes mandíbulas.
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En postura de espera... |
Cambiando de tercio, supongo que todos sabréis que en las mantis religiosas la hembra se come al macho durante o tras la cópula. Bien, pues esto también ocurre con la empusa, pero en muchas menos ocasiones, siendo un comportamiento ocasional. Tras la cópula, y hacia finales de verano, la hembra deposita los huevos y, como un mes más tarde, salen las ninfas, que hibernan cuando llega el tiempo más frío.
Como nota curiosa os contaré que mudan unas 6 veces durante su vida, y que el color del adulto depende del color del medio que le rodea durante la última muda, yendo desde la paja seca hasta la hierba verde.
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En este caso, ejemplar de tonos marrones por completo |
Como es mi primera entrada en el blog, no quiero despedirme sin recordaros que, para los que amamos el campo y la naturaleza es un placer encontrarnos regalos como este. Pero, eso sí, siempre debemos disfrutarlos teniendo cuidado de no dañarlos en absoluto y de alterar lo menos posible tanto a ellos como a su entorno.
Ernesto.