Hola amigos:
Una nueva entrada, para contaros las aventuras columbófilas.
Durante esta semana, y al hilo de las llamadas realizadas tras encontrar la paloma en el jardín, se ha puesto en contacto conmigo el dueño de la paloma atacada, al que espero poder presentaros en la próxima entrada. El caso es que, como os contaré en breve, están ahora de campeonatos, así que tenemos que hacer un esfuerzo por cuadrar la agenda para ir a ver las palomas, hacerles fotos y contaros en que consisten los citados campeonatos.
Mientras tanto os contaré que el fin de semana pasado estuve en Martinamor (un pequeño pueblo de Salamanca) pasando el fin de semana en una casa rural y, entre otras cosas, me encontré con unas viejas amigas por primera vez en esta primavera, las mariquitas.
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Mariquita sobre un crocus. |
Cuando les he enseñado estas fotos a algunos amigos, me he dado cuenta de la cantidad de nombres que se le ponen a este insecto, que si mira que mantangorri más bonita, que si la coquita de Dios, que si... en fin. Es una de esas veces que uno entiende la necesidad de los nombres científicos, en este caso Coccinella septempunctata.
El caso es que, para ser un escarabajo, es un animal que infunde cariño y es muy apreciado por todo el mundo. Incluso nadie (o casi nadie) tiene reparo en dejar que pasee por sus manos, aún siendo del mismo grupo de animales que las mismas cucarachas. Imaginaos si fuese un poco más grande y negro entero... je je
Os contaré varias cosas. Primera, que lo que vemos de la mariquita, es decir ese rojo con puntos negros, no es su caparazón, sino unas alas exteriores endurecidas (élitros) y transformadas en una especie de cubierta, que abren para dejar salir las alas interiores cuando quieren volar.
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Coloración aposemática de la mariquita. |
Estos colores tan brillantes le confieren lo que se denomina coloración aposemática. Mediante el aposematismo, las mariquitas mantienen alejados a los depredadores, ya que los animales suelen asociar los colores rojos o naranjas con veneno, de tal manera que no se comen a las mariquitas por temor a que les sienten realmente mal.
Las mariquitas pasan el invierno hibernando bajo las hojas muertas, y cuando se sienten atacadas, primero se hacen las muertas, dejándose caer y escondiendo las patas. Pero si se sienten molestadas, despliegan las alas y se van...
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Coccinella septempunctata, vista frontal. |
Y otra cosa interesante de las mariquitas es que comen pulgones. No solo pulgones, sino también cochinillas, pulgas, ácaros y otras plagas que pueda haber en el jardín. En las 3 a 6 semanas que dura la vida larvaria de la mariquita, pueden llegar a consumir ¡¡¡cerca de 5000 pulgones!!! Al hilo de esto os contaré también que en el jardín en el que cayó la paloma siempre me ocupo de tener unas cuantas mariquitas que "limpien" las plantas de pulgones. Si a esto añadimos un insecticida "ecológico" que fabrico haciendo una infusión de colillas de cigarros en agua, rara vez he tenido que recurrir a insecticidas convencionales. Lo mejor de todo es que la nicotina, que es quien actúa como insecticida en este caso, no les afecta a las mariquitas.
Y con esto os dejo por esta entrada. Volveré para contaros más cosas sobre las palomas mensajeras.
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Las mariquitas son grandes comedoras de pulgones. |
Pero antes me gustaría dejaros con el nombre que tienen las mariquitas en la zona donde nací, en tierras palentinas. Allí, mi abuela las llamaba santantillas. Que nombre tan bonito ¿verdad?